En solo dos días, decenas de personas resultaron intoxicadas nuevamente en la zona industrial de Quintero y Puchuncaví.
El martes, 106 personas en su mayoría niñas y niños llegaron al Cesfam de Quintero con síntomas como vómitos y mareos. De ellas, 39 fueron diagnosticadas con intoxicación.
El miércoles, en Puchuncaví, se repitió la situación: 36 personas atendidas y siete diagnósticos confirmados.
Lo preocupante es que los sistemas de monitoreo no registraron niveles de emergencia, lo que genera dudas sobre su eficacia.
“Seguimos sin saber lo que respiramos”, señaló Katta Alonso, dirigenta histórica de Mujeres en Zonas de Sacrificio, recordando que la Corte Suprema ordenó en 2019 identificar contaminantes y fuentes, medida que aún no se cumple.
En los últimos años, cientos de habitantes se han visto afectados por episodios similares, siendo niñas y niños los más vulnerables. Un reportaje reciente reveló incluso altos niveles de metales pesados en estudiantes de la zona.