China ha sorprendido con la presentación de un nuevo dron de tamaño ultra reducido, diseñado especialmente para tareas de espionaje y vigilancia secreta. El dispositivo mide apenas 0,6 centímetros y su aspecto es tan similar al de un insecto que puede confundirse fácilmente con un mosquito real.
Este microdron tiene la capacidad de volar de forma silenciosa y maniobrar en espacios reducidos sin ser detectado. Puede ser controlado a distancia desde un teléfono celular, lo que permite realizar operaciones encubiertas en interiores y zonas de difícil acceso.
Su propósito principal sería cumplir funciones de vigilancia en misiones secretas, marcando un nuevo avance en la tecnología militar y de inteligencia.
Por ahora, no se ha confirmado si este dron se encuentra en uso activo o si aún está en fase de pruebas, pero su desarrollo ha generado debate sobre los límites del espionaje moderno y la privacidad.