Una profesora de Arica recibió un fallo favorable tras ser despedida por el colegio donde trabajaba, bajo la figura de “necesidades de la empresa”. El Juzgado de Letras de Arica acogió la demanda presentada por la docente, estableciendo que el despido fue improcedente y ordenando el pago de indemnizaciones.
El tribunal desestimó la causal invocada por el empleador y ordenó el pago de $1.177.182 por años de servicio, más $1.282.626 correspondientes a un incremento del 30% por aplicación de la ley.
En la resolución, se destaca que el único argumento entregado en la carta de despido fue que la profesora “no se adaptó al Sistema Interno del Establecimiento”. Para el tribunal, esta justificación fue insuficiente:
“No se sabe y menos se entiende a qué sistema interno del colegio se refiere la comunicación; tampoco si la trabajadora debía adecuarse a ese sistema, o de qué forma no lo hizo”, señala el fallo.
Además, el juzgado observó que con esa afirmación, la responsabilidad del despido fue atribuida exclusivamente a la profesora, sin fundamentos concretos que permitieran justificarlo como una necesidad de la empresa.
Durante el juicio, el propio director del establecimiento declaró que hubo conflictos con alumnos y apoderados, y que si bien se ofreció apoyo, no hubo avances. Sin embargo, el tribunal consideró que eso no fue suficiente para respaldar el despido bajo la figura legal utilizada.
Este caso sienta un precedente importante respecto a cómo deben fundamentarse adecuadamente los despidos, especialmente en el sector educativo.