En Japón, la tecnología y el respeto por la naturaleza se unen de forma sorprendente. Un grupo de ingenieros del Instituto Técnico de Investigación Ferroviaria (RTRI) desarrolló un sistema único para evitar que los animales sean atropellados por trenes: ahora, los convoyes ladran como perros y resoplan como ciervos.
El mecanismo funciona así: antes de llegar a zonas con alta presencia de fauna, especialmente ciervos, el tren emite 3 segundos del sonido de un ciervo resoplando, seguido por 20 segundos de ladridos de perro. La idea es simple y efectiva: el resoplido llama la atención del animal, y los ladridos lo hacen huir del área.
¿El resultado? Una reducción de casi un 45 % en la presencia de ciervos cerca de las vías, lo que disminuye significativamente el riesgo de accidentes y protege tanto a los animales como a los pasajeros.
Solo en 2016, se registraron más de 600 choques entre trenes y animales en Japón, lo que generó demoras, daños materiales y preocupación por el impacto ambiental. Con este innovador sistema, se busca una solución amigable y no invasiva para un problema que afecta a todo el ecosistema.
Además, el sistema también se está evaluando para instalarse en puntos fijos cerca de zonas rurales, evitando molestias a las comunidades vecinas.
Una vez más, Japón nos muestra que la tecnología puede ser aliada del cuidado del medioambiente.