Una bebé colombiana llamada Itzamara Vega sorprendió al mundo incluso antes de nacer. Con solo 35 semanas de gestación, los médicos descubrieron durante una ecografía algo extremadamente raro: llevaba a su propio gemelo dentro del abdomen.
La condición, conocida como fetus-in-fetu, ocurre en solo 1 de cada 500.000 nacimientos. Se trata de un fenómeno en el que un gemelo no desarrollado, sin cerebro ni corazón, crece dentro del cuerpo del otro como un parásito, alimentándose de su sangre a través de un cordón independiente.
Aunque fue descrita por primera vez en 1808, esta anomalía sigue sorprendiendo a la medicina. En muchos casos se detecta solo después del nacimiento, por una protuberancia abdominal, e incluso puede pasar desapercibida por años. En un caso extremo, una mujer llevó restos de su gemelo dentro de un tumor durante más de 40 años.
En el caso de Itzamara, los médicos decidieron realizar una cesárea anticipada para evitar complicaciones. El gemelo medía apenas 5 centímetros, con extremidades y cabeza rudimentarias. Gracias a la detección a tiempo y a una intervención rápida, la bebé nació sana y sin secuelas.
Este impactante caso ha llamado la atención internacional y recuerda la importancia de los controles prenatales para detectar a tiempo este tipo de condiciones excepcionales.