Un cruce de versiones se generó en torno al proyecto del tren Santiago–Valparaíso, luego de que la ministra de Obras Públicas, Jessica López, confirmara públicamente que la licitación no se realizará durante el actual gobierno. Sin embargo, desde la región, la Seremi de Obras Públicas de Valparaíso afirmó que el proyecto sigue avanzando según lo planificado.
El seremi Dennys Mendoza explicó que la iniciativa continúa su desarrollo conforme a las proyecciones técnicas y administrativas, lo que contradice las declaraciones de su propia ministra. Esto generó desconcierto respecto al futuro del emblemático tren, que busca mejorar la conectividad entre la capital y la región.
El proyecto considera tramos clave como Valparaíso–Limache, Limache–La Calera, Calera–Llay Llay, Llay Llay–Tiltil y Tiltil–Quinta Normal, con estudios que incluyen ingeniería, evaluación social, impactos ambientales, modelo de negocio y participación ciudadana.
Expertos como el académico Álvaro Peña, de la PUCV, han advertido que ejecutar estos procesos puede demorar al menos dos años, lo que excede ampliamente los 8 meses restantes del mandato del Presidente Gabriel Boric.
En paralelo, la diputada republicana Chiara Barchiesi criticó al Ejecutivo por crear expectativas con proyectos que, según señaló, finalmente quedarán para futuras administraciones.
Uno de los puntos críticos es la baja rentabilidad social, que estaría dificultando la viabilidad del proyecto a nivel central, mientras en la región se insiste en mantenerlo en marcha.