Este martes se confirmó la muerte de Ozzy Osbourne, ícono del heavy metal y vocalista de la mítica banda Black Sabbath, a los 76 años. Su fallecimiento ocurrió tan solo días después de haber realizado su concierto de despedida en Birmingham, Inglaterra, donde fue ovacionado por miles de fanáticos.
“Con una tristeza que las palabras no pueden expresar, debemos informar que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de amor”, expresó su familia en un comunicado oficial. La noticia fue acompañada por una emotiva publicación en su cuenta de Instagram, donde pidieron privacidad en este difícil momento.
Conocido por su voz inconfundible, su presencia escénica arrolladora y su vida llena de excesos, Osbourne se transformó en una figura clave de la historia del rock. Pese a sus problemas de salud en los últimos años, nunca dejó de comunicarse con sus seguidores, manteniéndolos al tanto de su estado y mostrando siempre su agradecimiento por el cariño recibido.
Durante su carrera con Black Sabbath, revolucionó la música con clásicos como Iron Man, Paranoid, Sabbath Bloody Sabbath y Changes. A pesar de haber sido expulsado en un momento por sus problemas con las drogas, su regreso y su carrera solista también marcaron hitos importantes en el género.
Más allá de la música, Ozzy también incursionó en el cine y la televisión. Fue parte de comedias como El Hijo del Diablo y protagonizó su propio reality show, The Osbournes, junto a su esposa Sharon y sus hijos Jack, Aimee y Kelly.
En su último concierto, realizado hace menos de tres semanas, se dirigió al público emocionado desde un trono: “He estado postrado durante seis años y no tienen idea de cómo me siento. Gracias desde el fondo de mi corazón”.
Hoy el mundo del rock y millones de fanáticos despiden a una leyenda. Ozzy Osbourne deja una huella imborrable en la música y en la cultura popular.