Un matrimonio de la provincia de Shanxi, en China, fue arrestado tras descubrirse que vendían ladrillos extraídos directamente de la Gran Muralla China, uno de los monumentos más emblemáticos y protegidos del país.
Según medios locales, la pareja llegó a comercializar al menos 100 ladrillos, los cuales ofrecían a través de plataformas en línea a un precio de 95 yuanes cada uno, equivalente a poco más de 13 dólares.
Las autoridades iniciaron una investigación luego de detectar una publicación que mostraba imágenes del monumento dañado, lo que permitió rastrear a los responsables y concretar su detención.
El caso ha generado amplio rechazo en redes sociales, debido a que los acusados atentaron contra un bien histórico considerado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. La Gran Muralla es uno de los símbolos más importantes de la historia y la cultura china, y su preservación es considerada una prioridad nacional.